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sábado, 14 de abril de 2012

EL PAQUETE DE GALLETAS


Una noche estaba una mujer en un aeropuerto esperando a que partiera su avión, que se demoraba varias horas. Para mitigar la espera compró un libro y un paquete de galletas. Buscó asiento en la sala de embarque y se dispuso a esperar. Estaba muy absorta leyendo su libro cuando de repente notó que el joven que se había sentado a su lado estiraba la mano con mucha frescura, y la dirigía al paquete de galletas que estaba entre ellos comenzando a comérselas tranquilamente.

No queriendo hacer una escena la mujer trató de ignorar el incidente. Un poco molesta la señora comía las galletas y miraba el reloj, mientras que el joven ladrón de galletas, sin ninguna vergüenza casi se las estaba acabando. La señora cada vez más irritada comenzó a pensar:


"Si no fuese yo una persona tan buena y educada, ya le hubiera dejado un buen moratón en el ojo a este sinvergüenza".

Cada vez que ella se comía una galleta, el joven se comía otra. Así hasta que solo quedaba una galleta en el paquete. Sus miradas intercambiaron un diálogo preguntándose quién se comería la última galleta.
En ese momento el joven, con mucha suavidad y con una sonrisa nerviosa, alargó la mano, tomó la última galleta, la partió en dos y le ofreció la mitad a la señora mientras se comía la otra mitad.
Ella, bruscamente, tomó la media galleta de la mano del joven mientras pensaba:


"¡¡Pero que hombre tan insolente!! ¡¡Que mal educado!! ¡¡Pero si ni tan sólo me ha dado las gracias!! ¡¡Nunca antes había conocido a alguien tan fresco!!


Por fin, su vuelo fue anunciado y la señora respiró aliviada. Cogió su maleta y se dirigió a la puerta de embarque evitando mirar en la dirección donde estaba sentado aquel ladrón desagradecido.
Después de subir al avión y una vez tomado asiento fue a buscar su libro que casi había acabado de leer.
Al buscarlo en su bolso descubrió con sorpresa un paquete de galletas casi intacto.

"Si mis galletas están aquí...." pensó apesadumbrada "las otras eran suyas y lo que hizo fue compartirlas conmigo"

Ya era demasiado tarde para pedir disculpas al joven y se dijo, con mucho pesar, que ella había sido la insolente, la maleducada, la ladrona.

Pensemos dos veces antes de juzgar a alguien, no siempre la realidad es la que nosotros percibimos.







1 comentario:

  1. Ni una ni dues, no som ningú, per jutjar a ningú, podem fer opinions i compartir-les, però, sempre, cadascú te la seva versió de la seva realitat.
    Molt bo el bloc Modest.
    Una abraçada.

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